La pérdida de audición afecta a más de 20 millones de personas mayores de 45 años en los Estados Unidos, pero la mayoría de esas personas todavía no la utilizan. audífonos. Un estudio realizado por el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA) Estudiaron a estadounidenses de mediana edad y mayores con pérdida auditiva tratada y no tratada, y los resultados fueron sorprendentes.

No tener audífonos significa más depresión y menos actividad social

La encuesta realizada a 2.300 estadounidenses con discapacidad auditiva mayores de 50 años encontró de manera concluyente que aquellas personas que no usaban audífonos tenían más probabilidades de sufrir depresión, ansiedad y paranoia. También tenían menos probabilidades de mantener una vida social activa en comparación con aquellos que usaban audífonos.

La pérdida auditiva no tratada provoca tristeza e inseguridad

Las personas mayores que no usaban audífonos informaron que se sentían más tristes que las que sí los usaban. Dijeron que sentían que era más probable que las personas se enojaran con ellos sin ningún motivo y que sufrían niveles mucho más altos de inseguridad y agitación emocional.

Los familiares se ven afectados

Este estudio fue innovador no sólo por su tamaño, sino porque también encuestó a familiares de quienes padecían pérdida de la audición. Encontró que cuando las personas mayores usaban audífonos, no sólo reportaban mejoras en todas las áreas de sus vidas, sino que sus familias reportaban niveles aún mayores de mejoras en esas áreas.
Aquí hay algunos ejemplos del estudio:

Con este tipo de respuestas, ¿por qué no más adultos mayores usan audífonos?

Lamentablemente, la mayoría de ellos utiliza la negación o la vanidad como barreras para lograr una mejor audición, mejores relaciones y una vida más feliz. Dicen que pueden arreglárselas sin uno, que su audición "no es tan malo", o que se sentirían viejos si tuvieran audífonos.

La familia puede ayudar

Aquí es donde los familiares y los profesionales médicos pueden ayudar. Deben apoyar a sus seres queridos e insistir en que busquen el tratamiento adecuado para su discapacidad auditiva. Puede marcar la diferencia en su calidad de vida.

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Dra. Ana Anzola, CCC-A, FAAA, ABA Directora

La Dra. Anzola recibió su Doctorado en Audiología (AuD) de la Facultad de Ciencias de la Salud de Arizona, y su Maestría en Audiología y su Licenciatura en Patología del Habla, Lenguaje y Audiología de la Universidad Towson. Ha sido miembro de la Academia Estadounidense de Audiología (AAA) desde 1995, certificada por la Junta Estadounidense de Audiología (ABA) y certificada por la Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición (ASHA).
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